«Las mujeres son putas asesinas, Max, son monos ateridos de frío que contemplan el horizonte desde un árbol enfermo, son princesas que te buscan en la oscuridad, llorando, indagando las palabras que nunca podrán decir. En el equívoco vivimos y planeamos nuestros ciclos de vida», dice el personaje (¿una asesina?, ¿una puta?, ¿ambas cosas?) del cuento que da título a este libro. En «Últimos atardeceres en la tierra» se narra un viaje a Acapulco que se convierte paulatinamente en un descenso a los infiernos. En «Dentista» se cuenta la historia de un adolescente misterioso y dos adultos, ya de vuelta de todo, que lo observan desde el precipicio. En «Buba» se cuenta una historia de fútbol en tres partes: la de un futbolista sudamericano, la de un futbolista africano y la de uno español, y la sorprendente historia de su equipo, que bien podría ser el Barcelona. En «Carnet de baile» se dan 69 razones para no hablar con Pablo Neruda. En «Prefiguración de Lalo Cura», por el contrario nos sumerge en una historia de narcotraficantes y directores de cine porno, y «Fotos», uno de los últimos relatos, nos trae una vez más a Arturo Belano, el protagonista de Los detectives salvajes.