“Margarito Cuéllar nos entrega aquí dos hermosos libros donde conviven la infancia pobre pero acaso feliz en los campos potosinos y la juventud y la primera madurez, donde los ojos se abren al mundo de la gran urbe industrial. Estas calles de abril, que tiene como fondo y escenario la ciudad de Monterrey con sus calles y fábricas, sus bares y sus discotecas, es en amplia medida un brindis de halago y agasajo a la mujer (...)
Saga del inmigrante, en cambio, es una poesía entre el ayer y el hoy, desde el ayer al hoy, de aquello que fue un tiempo pero quiere seguir siendo y que el poeta busca fijar verbalmente en la página como una estaca en la tierra”.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2010. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.