Hay tres temas importantes en los sonetos de Shakespeare: los primeros 17 buscan convencer a un joven de la nobleza para que se case y tenga herederos; los siguientes 109 narran las peripecias de una relación amorosa de un hombre, y los últimos 28 nos cuentan un affaire apasionado con una mujer morena (dark lady), que se inserta entre la voz del poeta y el hombre amante, formando un triángulo amoroso.
Los sonetos me han acicateado desde hace casi dos décadas y me lancé como caballo desbocado para recorrer las colinas y los valles de su fantasía, cruzar sus cañadas y galopar por sus arenas metafóricas como si fueran un sueño, antes de volar sobre los verdes prados y detenerme frente a la retórica invernal, desnuda, como es el paisaje después del paso de la primavera y el tiempo de aguas, para ver, a pesar de la niebla que trata de ocultar los secretos, aquello que puede estar detrás de cada uno de esos sonetos.
Esta es la nueva versión libre, traducida al español que hablamos en México, de los sonetos de Shakespeare. Para entender lo que quiso decir el poeta he traducido de tal manera que es posible que se pierda el ritmo, la música y los juegos de palabras, sin embargo la trama de estas cortas obras de teatro se entienden perfectamente.
Su lectura puede provocar varias interpretaciones, como sucede con la buena poesía, en donde el lector es quien se proyecta en esos ver-sos para que, de esta manera, escudriñe eso que tiene agazapado por ahí, de tal manera que pueda colmar algunas de las grietas de su alma con esta lectura.