La vida literaria y cultural está marcada por la risa, atraviesa todas las edades de la historia de la humanidad y, sin embargo, dice Luis Beltrán, "nuestro tiempo tiene un problema con la risa"; se le degrada, se le sigue viendo como algo extraño, objeto de la psicología y la fisiología, reducido a un fenómeno subjetivo y puramente personal.
A pesar de todo, hay una corriente de pensamiento moderno que hunde sus raíces en la historia y que ha seguido la pista de la risa en sus diferentes manifestaciones, en particular en el arte verbal. El ensayo de Luis Beltrán, Anatomía de la risa, explora desde una perspectiva histórica, las formas que ha adoptado en la evolución del género novelesco, así como sus expresiones simbólicas en diversas figuras, como el tonto, el niño, el cínico, entre otras.