Pierre Herrera nos ofrece otra escritura -contra-metáfora sobre el poeta michoacano Ramón Martínez Ocaranza. Incertidumbre y ensayo, este libro lo redimensiona, lo recorre de manera paralela, como vías hacia un mismo punto: la poesía. Charles Simic dice que "un poema es una especie de vía que cada lector recorre y desgasta...". En este desgaste por entender la modernidad, Herrera incursiona de manera experimental el filo de la obra Ramoniana y pone a prueba el nivel de indiferencia en cada lector. Así los asideros que aquí pernoctan muestran los múltiples retratos de un poeta maldito preocupado por esa apatía frente al desfiladero. Dividido en siete capítulos medulares, Herrera ofrece este contralenguaje como un trozo de vacilación ante tanta certeza y teorías, que sólo ocultan la vida. Fortalezas a punto del desplome y repletas de infinito ¡quién nos asegura que estos bálsamos de enfermedad -al igual que los de Ocaranza- podrían curarnos del vacío! O mejor aún, hundirnos más dentro de él.
Armando Salgado.