Sólo aquellos adultos que conservan el fuego de la alegría, la espontaneidad y la perplejidad de la niñez ante el mundo, tienen la capacidad de escribir (si son poetas y narradores), textos que colmen la atención y las expectativas de los niños; tal y como ocurre con Eduardo Lizalde y José Emilio Pacheco, dos de los mejores poetas y narradores mexicanos contemporáneos.
Ambos han escrito muchos libros para el público lector en general, que los goza y atesora, pero también una parte de su obra es recibida con una felicidad especial por el público infantil y juvenil. Y este libro que el lector tiene en sus manos es buena prueba de ello. Los niños no sólo los han leído con alegría, sino que también los han ilustrado, que muchas veces es la forma que tienen los niños de comentar un libro sin que medien demasiadas palabras.
Juan Domingo Argüelles
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2009. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.
