La realidad siempre está en otra parte. Aquello que consideramos, en el mundo de lo cotidiano, de la vigilia, como lo verdadero, permanece oculto, agazapado en su autenticidad aparente; cada acto, cada objeto, cada palabra posee el don de la multiplicidad y por lo tanto nada es univoco. Como en Cortázar, como en Borges, en la literatura de Sergio Pitol, los personajes titubean siempre ante la bifurcación polivalente de senderos que habrán de conducirlos a actos y situaciones a cual más desconcertantes y sin rumbo aparente.
Divido en tres partes: recuerdos y reflexiones, cuentos y aproximaciones críticas, Soñar la realidad. Una antología personal, es una puerta de entrada segura a la delectación de uno de los escritores mejor dotados en su generación para el artificio verbal, la creación de atmósferas y retratos y la crítica despiadada e irónica de los prejuicios.
No sabría decir bien a bien si los personajes de Pitol viven su extrema condición existencial como si se tratase de una regla cotidiana o si viven la regla cotidiana como si se tratase de una extrema condición existencial. De este espléndido “equivoco” brota lo fantástico: un fantástico tocado con sordina, tal vez, pero no por eso menos engañoso y alarmante, que propone en clave moderna el trascendental dilema de los barrocos: si es el sueño un producto de la vida o si no es la vida un producto del sueño.
Antonio Tabucchi
La realidad está siempre en otra parte. Aquello que consideramos en el mundo de lo cotidiano, de la vigilia, como lo verdadero, permanece oculto, agazapado en su autenticidad aparente; cada acto, cada objeto, cada palabra posee el don de la multiplicidad y por lo tanto es unívoco. Como en Cortázar, como en Borges, en la literatura de Sergio Pitol los personajes titubean ante la bifurcación polivalente de senderos que habrán de conducirlos a actos y situaciones desconcertantes, donde las haya, sin rumbo aparente.
Dividido en tres partes: recuerdos y reflexiones, cuentos y aproximaciones críticas, Soñar la realidad. Una antología personal es una puerta de entrada segura a la delectación de uno de los escritores mejor dotados de su generación para el artificio verbal, la creación de atmósferas, retratos y crítica despiadada e irónica de los prejuicios.
