En tiempos de las redes sociales la conversación es un arte en decadencia. Se trata de una pérdida significativa. Para Borges, la cultura se originó gracias a –unos cuantos griegos conversadores. Quien dialoga se sirve de la inteligencia en forma libre y gratuita; aplaza las certezas, las opiniones definitivas, la voluntad de tener razón, y descubre con asombro ideas propias.
A contrapelo de la celeridad contemporánea, Ilan Stavans y Juan Villoro se han servido de internet para dialogar dilatadamente, como lo hubieran hecho en un café, explorando su pasión común por la literatura y las circunstancias en que ocurre.
Nacido en México, Stavans vive en Estados Unidos, donde escribe en español, inglés y espanglish. Por su parte, Villoro entiende los viajes como una oportunidad de volver a México. Las diferencias de formación y el hecho de que los autores se hubiesen frecuentado poco, permitieron que el intercambio fuera un sorprendente proceso de conocimiento mutuo.
El ojo en la nuca es una conversación en tono suelto, atrevido, que incluye las hipótesis, las confesiones, los desahogos, las bromas, las anécdotas y las interpretaciones que no siempre llegan a la versión definitiva de los textos pero los sustentan en secreto. En este singular y fascinante intercambio de perspectivas, el ojo sólo podría estar en la nuca.