La soledad y la desesperanza de una joven mexicana en París; sus obsesiones y su encuentro con la vida
Dos historias—la de Hilda y la de Herman—se cruzan en esta novela sobre los acontecimientos que nos marcan y que no se pueden olvidar a pesar del tiempo y, sobre todo, del deseo y la voluntad de borrar su huella.
Silvia Molina ha construido, con sus característica prosa limpia y su entrañable tono íntimo, la vida de una joven mexicana en París durante los primeros años de la década de los sesenta, al lado de su media hermana, quien la saca de un hogar destrozado por la ira y el rencor para darle una educación europea, sin imaginarse que la expondrá a la soledad, la incomunicación y el abuso. Paralelamente, la autora recrea la vida de un hombre madurao, Herman Sulzer, un geólogo suizo anclado en México que se convierte en la obsesión de Hilda a partir de una noche en París, en la cual él promete contarle algún día su vida en el centro de África, donde trabajó al servicio de los belgas.
En esta cautivante y seductora novela el lector asiste al encuentro, muchos años después, de una mujer consigo misma, con la vida y con su capacidad de amar y perdonar, y de un hombre que oculta tras la rudeza un alma frágil y un corazón en erupción.
Por la autora de El amor que me juraste, premio Sor Juana Inés de la Cruz y finalista del IMPAC 2001