Los fantasmas suelen ser quimeras, apariencias, ilusión de los sentidos; sin embargo, Enrique Fernández Ledesma ha conjurado los suyos en esta galería y les ha infundido vida, rescatando sus gestos y sus intimidades.
Son todos ellos personajes de la historia de México: poetas, políticos, un caudillo, emperadores trágicos, cuyos errores, glorias y solemnidad registran los biógrafos acuciosamente. Aquí no destacan las fechas ni las obras, sino aquellos momentos que dejan ver la generosidad del poeta, la soledad de una emperatriz o la resplandeciente egolatría del tirano.
Las semblanzas de Fernández Ledesma tienen el encanto de la brevedad y de lo anecdótico. Con regocijo nos cuenta sobre el genio epigramático y mordaz del ilustre Francisco Eduardo de Tresguerras, el arquitecto por excelencia del neoclasicismo mexicano; de los arrebatos juveniles de Ignacio Ramírez el Nigromante o de las indiscretas ironías del Gallo Pitagórico.
Hasta la ceremoniosa figura del constituyente Andrés Quintana Roo se dulcifica sorprendido en íntimo coloquio con el perfil de su Leona Vicario a la hora ritual del chocolate.
Del encuentro con estos años y sombras del siglo XIX regresamos con el sentimiento del que ha conocido mejor a viejos amigos.