Carlos Fuentes es sin duda uno de los escritores más emblemáticos que ha dado América Latina en la segunda mitad de este siglo. De Aura a La campaña, de La muerte de Artemio Cruz a Cristóbal Nonato la saga narrativa de Carlos Fuentes goza de un prestigio tan mereció como creciente. Pero Carlos Fuentes es también un ensayista notable. “Ningún intelectual ha reflejado tan bien como él las atmósferas, los humores, las obsesiones y los cambios de piel de Américas Latina”, señala Tomás Eloy Martínez en el Prólogo de este volumen. Y añade: “Desde hace ya treinta años —o tal vez más— los centros de poder y de opinión perciben que América Latinase expresa por la boca de Fuentes, y que los deseos apagados del continente, los delirios amordazados por la sensatez, así como el afán de justicia, los sueños insatisfechos, los miedos milenarias, el mestizaje, la mulatería, los duelos interminables de la civilización y la barbarie, todos esos magmas de lo que se entiende, mal o bien, por identidad latinoamericana, han encontrado siempre en Fuentes su vocero y su profeta.”
Tres discursos para dos aldeas incluye los textos leídos por Fuentes al recibir el premio Cervantes 1987 en Alcalá de Henares; en la sede de la UNESCO, en París, cuando empezaron las conmemoraciones del Quinto Centenario; y el Coloquio de Invierno celebrado en México. En pocos recodos de su obra se observa como en estos discursos el credo de Carlos Fuentes. Un creo fundado, como señala Tomás Eloy Martínez, “en la voluntad de desenmascarar la hipocresía, comprender y aceptar la infinita diversidad de la especie, poner en evidencia las irrisiones de los dogmas y de los prejuicios.
Tres discursos para dos aldeas incluye los textos leídos por Fuentes al recibir el premio Cervantes 1987 en Alcalá de Henares; en la sede de la UNESCO, en París, cuando empezaron las conmemoraciones del Quinto Centenario; y el Coloquio de Invierno celebrado en México. En pocos recodos de su obra se observa como en estos discursos el credo de Carlos Fuentes. Un creo fundado, como señala Tomás Eloy Martínez, “en la voluntad de desenmascarar la hipocresía, comprender y aceptar la infinita diversidad de la especie, poner en evidencia las irrisiones de los dogmas y de los prejuicios.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 1993. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.