En 1940, César Cicerón estableció en la calle de Seminario, número 10 (en la Ciudad de México), la librería que lleva su nombre.
El librero comenzó sus actividades dentro del Mercado del Volador, famoso por sus puestos de libros de viejo. Cicerón se dedicó a la compra y venta de libros usados y antiguos, y a la distribución. Ofrecía textos educativos para los estudiantes del primer cuadro de la ciudad de México y textos sobre cultura general.
En 1940, estableció su negocio en la calle de Seminario número 10. En 1944, su hijo Alfredo Cicerón fundó la Editora e Impresora Cicerón, S. A. En 1965, la librería fue comprada por Rodolfo Gallegos, quien la conserva hasta la fecha.