Nació en Barcelona, España, el 22 de abril de 1932; murió en Cuernavaca, Morelos, el 22 de diciembre de 1988. Narrador, guionista y dramaturgo. Estudió Arquitectura en la UNAM. Radicó en México desde 1939. Colaboró en El Universal y Sucesos. Guionista de las películas Historias violentas (filme basado en cinco cuentos de Miret) y Nuevo Mundo, entre otras.
14 ago 2000 / 17 abr 2018 15:33
Hijo único del periodista y crítico de arte español, Enrique Fernández Gual, llegó a México con sus padres a la edad de siete años. Estudió Arquitectura en la Universidad Nacional Autónoma de México (unam). Planeó y concretó algunos proyectos como las llamadas “casas blandas” y el diseño de los jardines y juegos infantiles de la Unidad Independencia, en la colonia San Jerónimo Lídice. Expuso sus primeras colecciones de dibujos en 1969. Participó con Luis Buñuel en una de sus realizaciones cinematográficas, Subida al cielo, a principios de los años cincuenta. Formó parte del grupo Cine Independiente, con Arturo Ripstein, Felipe Cazals, Tomás Pérez Turrent y otros, en 1969, lo que significó un primer intento por organizar un cine nacional distinto al comercial. Buena parte de sus guiones cinematográficos fueron filmados. La hora de los niños, de 1969, basada en su cuento “El narrador”, es considerada por el crítico de cine José de la Colina una de las mejores cintas del nuevo cine mexicano. Colaboró en la revista de contenido político, Sucesos para Todos su columna “Pedrazos”, bajo el seudónimo de “Flat” y del suplemento “El Universal y la Cultura”, de 1986 hasta su muerte. Como dibujante expuso con frecuencia varias de sus obras en la Ciudad de México.
Pedro Fernández Miret, guionista y narrador, experimenta desde sus primeros relatos, lo extraño e inquietante de lo común y cotidiano, así como el humor en la solemnidad. Al decir de Luis Buñuel, su estilo “descriptivo y visual hace magia con la realidad misma y sin salirse de ella”. Sus cuentos “Chocolate”, “Tormenta sobre Europa”, “24 de diciembre de 19...”, “Timbuktú”, “La última función” y “El narrador” son los más representativos, algunos de los cuales adaptó como guiones de cine, entre ellos su cortometraje La última función, que formó parte de Historias violentas de 1985. Su novela póstuma, Insomnes en Tahití, homenaje en torno al pintor Paul Gauguin, confirma otra de sus constantes: los espacios cerrados, en este caso un hotel, donde se desarrolla una historia atípica y cuyos huéspedes son hombres “insomnes”, entre ellos un viajero que mantiene con otros huéspedes una larga conversación plena de misterio. Entre ellos se discute de pintura y cine.
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