Hijo de una familia orizabeña por ambas ramas, Juan Porras Sánchez fue el tercero de los seis descendientes que procrearon sus padres (Guadalupe, Luis —muerto prematuramente, de rabia—, Mario, Esperanza —la única sobreviviente— y Armando). Realizó la educación primaria en la escuela cantonal de su ciudad y después ingresó al Seminario de Veracruz, dirigido entonces por el obispo Rafael Guízar y Valencia, e instalado en México por razones políticas. Siendo adolescente concluyó, prácticamente, la carrera eclesiástica, aprobó, inclusive, la materia de teología pero rehusó el sacerdocio.
Se estableció en Puebla y fue inscrito en el Instituto Oriente, donde cursó los estudios secundarios y preparatorios. En una de las publicaciones de este centro escolar aparecieron impresas sus primicias literarias, de las que destaca su poema “Espada-cruz”, escrito para la sesión académica del Día de la Hispanidad, celebrada el 12 de octubre de 1938.
Estudió la carrera de abogado en la Escuela de Jurisprudencia de la Universidad de Puebla. Siendo alumno fundó el grupo literario Cauce el 20 de julio de 1943, en compañía de Antonio Esparza, Salvador Medina, Juan Manuel Brito Velázquez, Augusto Martínez y Gil y otros más, como Josefina Esparza, Ignacio Ibarra Mazuri y Gastón García Cantú, quienes, a invitación expresa, fueron incorporándose al grupo.
A partir de 1944 la familia paterna abandonó Orizaba y se radicó en Puebla, con la finalidad de mantenerse unida y para que los hermanos del poeta ingresaran a la universidad.
Juan Porras Sánchez fundó y dirigió la revista Cauce, órgano del grupo homónimo y vocero de la Federación Estudiantil Poblana. Tuvo nueve apariciones entre los años 1945-1946. Los integrantes se autonombraron la vanguardia artística de Puebla y abrieron un espacio para que los jóvenes como ellos publicaran sus obras. Allí se incluyeron artículos, discursos políticos, ensayos, reseñas, noticias, cuentos y poemas. La revista logró, en buena medida, sus pretensiones éticas y estéticas, al parejo de su consolidación como grupo político. Incluía Cauce “el cuento del mes” y estableció un concurso mensual para el mejor haikai, que era dictaminado por Enrique Gómez Haro y cuyo premio tenía el monto de cinco pesos y la publicación correspondiente. La revista y el grupo se vinculó al Seminario de Cultura Mexicana y algunos de sus miembros dieron en Puebla conciertos, recitales y conferencias.
El grupo, además, se propuso entre sus anhelos académicos unificar y revisar los programas de estudios de preparatorias y facultades, mejorar el nivel de la enseñanza, conseguir estímulos a profesores, aumentar el acervo de la Biblioteca José María Lafragua y, como la más ambiciosa de sus metas, el propiciar la autonomía de la Universidad de Puebla, cosa que ocurrió tiempo después. Juan Porras Sánchez tendría en este asunto una participación sobresaliente.
Al concluir el periodo de Juan Manuel Brito Velázquez al frente de la Federación Estudiantil Poblana, Juan Porras Sánchez renunció a la dirección de Cauce, con lo que, suponemos, la revista desaparece; se dedicó a concluir sus estudios de abogado y a escribir su tesis profesional: Orígenes y evolución de la Reforma en México. Antecedentes ideológicos y legislativos con un apéndice sobre la debatida cuestión del Patronato, 1800-1834, impresa también como libro en 1949 y defendida brillantemente un año después.
A poco de recibirse, fue juez calificador en los tribunales de Puebla y continuó su labor como profesor de literatura mexicana y de raíces griegas y latinas en diversas escuelas religiosas, como el Colegio Teresiano, la Universidad Femenina y en la de Puebla, su alma mater. Más tarde fue director de la Hemeroteca de la Biblioteca Lafragua y secretario general de la universidad, cargo que volvió a asumir durante el movimiento de reforma universitaria, que propició, precisamente, la autonomía de esta universidad. Al renunciar a este cargo continuó con sus cátedras y se dedicó al ejercicio de su profesión en su despacho de abogado.
Juan Porras Sánchez nunca abandonaría, con todo, las luchas universitarias. Fue agredido y ferozmente golpeado a traición por miembros del FUAS, un grupo reaccionario de tendencia católica, y murió a consecuencia de las heridas provocadas durante el atentado, después de una lenta y dolorosa agonía.
Publicó un libro de haikús, Pajaritas de yerba y genética del Hai-kai (1946), que reúne 80 piezas y que el autor dedicó a la memoria de José Juan Tablada; Los indios (1951), apuntes sobre poesía indígena; diversos ensayos, como “La esencia del liberalismo mexicano” y otros, entre los que destacan los dedicados a José María Luis Mora y José Joaquín Fernández de Lizardi. Su obra poética se complementa con Último sol, poemas indigenistas, “Razón de la poesía en tres intenciones”, el poema “Los endemoniados”, y “Seis mantos para la patria”, originalmente titulado “Canto a la Revolución mexicana”. Sus Viñetas de Carolino (1964) aparecieron en plena insurgencia estudiantil, la que a la postre lo victimó.
Instituciones, distinciones o publicaciones
Cauce. Órgano de la Federación Estudiantil Poblana