En los años veinte y treinta, Miguel Covarrubias (1904-1957), un artista excepcional, ilustraba con estupendas caricaturas y pinturas las revistas estadunidenses Vanity Fair (1924-1936), The New Yorker (1925-1949) y Vogue (1936-1953), así como periódicos y revistas mexicanos. Los negros de Harlem, las estrellas de cine, las celebridades de Estados Unidos; y los personajes políticos, intelectuales y populares de México quedaron fijados por Covarrubias con una visión aguda y llena de humor y alegría. Dos colecciones, The Prince of Wales and Other Famous Americans (Nueva York, 1925) y Negro Drawings (Nueva York, 1927), recogen algunos de sus primeros trabajos. Más tarde, inventando o recreando una feliz solución figurativa, pinta seis mapas murales en San Francisco, para la Exposición Internacional del Golden Gate (1939-1940), sobre la fauna y la flora, los pueblos, la economía, el arte, los transportes y los indios en torno al Pacífico (luego trasladados al Museo de Historia Natural de Nueva York). En la Ciudad de México pinta un mapa de la república en el Hotel del Prado (1947), destruido en el terremoto de 1985; otro en el Hotel Ritz Una tarde de domingo en Xochimilco; y otro sobre El arte popular mexicano (1951), en el Museo de Artes e Industrias Populares. Ilustra 32 libros, dos de ellos notables: una edición para bibliófilos de la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, de Bernal Díaz del Castillo (1942), y El pueblo del Sol, de Alfonso Caso (1953). Miguel Covarrubias escribe e ilustra dos libros espléndidos, Island of Bali (Nueva York, 1937) y Mexico South: The Isthmus of Tehuantepec (Nueva York, 1946; traducción al español descuidada del Instituto Nacional Indigenista, México, 1980), que narran y ofrecen preciosas imágenes de la vida, el arte y la historia de estos pueblos felices.
Hacia 1942 se consagró al estudio del arte de las antiguas culturas americanas y publicó dos volúmenes que, según su costumbre, él mismo ilustró: el primero, dedicado al arte indígena de los pueblos del norte: The Eagle, the Jaguar and the Serpent (Nueva York 1954; en español, traducción de Sol Arguedas, 1961); y el segundo, póstumo, sobre las artes mesoamericanas: Indian Art of México and Central America (Nueva York, 1957; en español, traducción de Sol Arguedas, 1961). Covarrubias se interesó con pasión por “El problema olmeca”, tema de un notable capítulo de su obra (Ignacio Bernal dedicó su libro sobre El mundo olmeca, 1968, “A la memoria de Miguel Covarrubias, el último olmeca”). El tercer tomo, sobre el arte indígena de Sudamérica, se extravió.
Débense a Covarrubias importantes contribuciones a nuestra museografía. Y de 1950 a 1955 diseñó escenografías y vestuarios para ballets mexicanos.
La única recopilación amplia de la obra de este renacentista mexicano es el álbum Miguel Covarrubias. Homenaje, publicado por el Centro Cultural Arte Contemporáneo, en 1987, con estudios, bibliografías, y hemerografías, que pueden guiar el rescate y divulgación de su obra dispersa.