Nació en la Ciudad de México el 3 de noviembre de 1931. Ensayista, narrador y poeta. Estudió Filosofía y Letras en la UNAM. Ha sido profesor en el IPN, en la Escuela Carlos Septién García y en la FES Acatlán; fundador de Bandera. Algunas de sus obras han sido traducidas al italiano. Colaborador de Bandera, El Heraldo Cultural, ¿Por qué?, Revista de Revistas, y Revista Mexicana de Cultura. Ha obtenido los premios de poesía: Mazatlán 1962; Aguascalientes 1965; Ciudad del Carmen, Campeche, 1966; UAS y UAO 1968.
08 jun 1993 / 19 sep 2018 09:48
Realizó estudios en la Facultad de Filosofía y Letras (ffyl) de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam). Colaboró en revistas, diarios y suplementos culturales como ¿Por Qué?, Revista de Revistas, El Nacional, “Revista Mexicana de Cultura” y Boletín Bibibliográfico de Hacienda. Fundó en 1955 la revista Bandera, en la que también colaboró con sus textos. Impartió clases de Literatura en el Instituto Politécnico Nacional (ipn), en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García y en la Escuela Nacional de Estudios Profesionales de Acatlán (actualmente Facultad de Estudios Superiores-Acatlán fes-Acatlán). Fue editor de algunas de sus obras, y de otros poetas. Concibió y dirigió, en 1983, la colección de homenajes “Cuadernos de la Fayuca del Diablo”, cuyo primer número estuvo dedicado al poeta Porfirio Barba Jacob. Los últimos años de su vida los dedicó a la difusión y organización del movimiento zapatista, de 1994, en Tamaulipas.
Horacio Espinosa Altamirano, periodista, ensayista y poeta, de difícil acceso por el aislamiento que él mismo se impuso y su militancia política. De su obra poética, José Emilio Pacheco destaca Los signos del destierro, en el que la vehemencia de la frase y la pasión están siempre presentes. En su poesía combinó la búsqueda de la perfección formal mediante el soneto, la oda y otras formas clásicas (aunque también escribió en verso libre), con el hecho circunstancial y la denuncia, que rebasa el aspecto meramente social para centrarse en la búsqueda de la dignidad del hombre. Fue el primer poeta que escribió sobre la represión al movimiento estudiantil de 68, en su poemario Códice mayor. Su poesía también acudió a las figuras históricas (y heroicas para el poeta) de América, como Quetzalcóatl, Cuauhtémoc, Martí o el combatiente nicaragüense Augusto César Sandino, entre otros, para enaltecer el canto épico. Su poesía, llamada por el autor “crónica histórica” que se duele de su entorno, es combativa y visceral. En El ruiseñor armado, uno de sus poemarios más significativos, se manifiesta la rebelión, al mismo tiempo que la revelación de la figura del poeta como el gran transformador, tal cual apunta Juan Rejano. Oratorio del sur, “himno épico-lírico”, maneja con maestría la estructura coral del poema largo, mismo que después adaptó al teatro. Su obra poética posterior siguió las pautas de su primera etapa, como Sonetos elegíacos en la muerte de Luciano Vega Calderón, en los que poetiza el terremoto de 1985, en México. Oda en tezontle y hierro recreó la conquista de la antigua Tenochtitlan. Su ensayística tuvo dos vertientes: el estudio de algunos poetas, como el colombiano Porfirio Barba Jacob, y el reportaje sobre figuras o sucesos históricos que marcaron su obra, entre ellos el pintor Diego Rivera, al que admiraba por su actividad política y de quien escribió una biografía, o el golpe de estado al gobierno de Salvador Allende, en 1973; otros ejemplos son sus crónicas: Campo militar número uno refiere su propia experiencia en la cárcel, cuando fue aprehendido en 1974 por sus colaboraciones en la revista de corte político ¿Por Qué?, o Toda la furia, la concerniente al movimiento estudiantil de 1968 en México. Por su variedad temática, su obra periodística es igualmente importante, desde sus tempranas colaboraciones en 1952.
Instituciones, distinciones o publicaciones
Revista de Revistas
El Nacional
Universidad Nacional Autónoma de México UNAM