Realizó estudios en el Instituto Literario del Estado y en la Escuela Normal de Profesores, en los que se desempeñó, años más tarde, como docente. Obtuvo el título de Profesor de enseñanza primaria en 1905 y, más tarde, realizó una especialización en Literatura e Historia. Fue director del Museo Yucateco, que reorganizó y amplió (1920-1924); del Boletín del Consejo de Educación Primaria del Estado (1922) y de La Voz de la Revolución, diario al servicio del gobierno del general Salvador Alvarado. Fue miembro de la Sociedad Lord Byron (1905-1911), colaborador de su revista Arte y Letras (posteriormente, Artes y Letras); de las asociaciones culturales Eligio Ancona, Bohemia y Peón Contreras, de Yucatán; Proteo, de San Luis Potosí; de la Liga de Escritores de América y de la Asociación de Escritores y Artistas Americanos, de La Habana. Miembro fundador del Ateneo Peninsular –de breve existencia (1914)–, de la Liga de Periodistas del Sureste y del Partido Socialista de Yucatán.

Ricardo Mimenza Castillo fue poeta, periodista, historiador y dramaturgo. Considerado, junto con Luis Rosado Vega, Antonio Mediz Bolio, José Inés Novelo y Jaime Tió Pérez, como uno de los poetas yucatecos más importantes de principios de siglo, es también uno de los más prolíficos. Su poesía, influida por el modernismo, presenta varias vertientes: una romántica, a la que pertenecen sus primeros libros, como Violas de mayo o Heraldos; otra, en la que expresa sus simpatías por la Revolución, como en Rebeldía, y en su obra de teatro Las campanas, donde se hace eco de los ideales agraristas. Los temas regionales, en especial el pasado maya, son aún más recurrentes, como se puede apreciar en Museo Yucateco, Laúdes del Mayab y en La leyenda de Uxmal, su otra obra dramática. El estudio y divulgación de la cultura maya clásica fueron su principal interés como historiador y periodista, según da cuenta Los templos redondos de Kukulkán, donde reúne una serie de artículos sobre temas históricos, lingüísticos, arqueológicos y legendarios de la Península.