Cultivó desde muy joven su carrera de escritora. Colaboró asiduamente en revistas y periódicos madrileños, especialmente en el diario La Voz y en los semanarios Estampa y Crónica, con cuentos, relatos y reportajes. Al estallar la guerra civil participó en medios de propaganda política como Frente Rojo, Mundo Obrero y Altavoz del Frente. Llegó a México en 1939 y fue la compañera del escritor, también exiliado en México, Juan Rejano. Colaboró en las revistas Ultramar y Romance; en los periódicos La Prensa, El Nacional y Novedades, y en los suplementos culturales “Revista Mexicana de Cultura” y “México en la Cultura”. De 1951 a 1957 dirigió la revista Mujeres Españolas. Boletín de la Unión de Mujeres Españolas en México. Participó en el Consejo Español de la Paz y en la Unión de Intelectuales Españoles.

Luisa Carnés Caballero, cuentista y novelista, dramaturga y periodista, destacó en el mundo de las letras desde su segunda novela: Natacha (1930), cuyo tema es la vida de una mujer obrera y su lucha por superar las dificultades económicas. La crítica de Madrid y Barcelona la saludó como una obra ya madura, que revelaba una personalidad dotada para el arte de novelar y de una fina sensibilidad literaria. En México publicó Rosalía de Castro, biografía de la poetisa gallega, libro que mereció una segunda edición pocos días después de su muerte. Juan Caballero, novela, está considerada como una de las más interesantes de los años cincuenta, en la que recrea el surgimiento de las guerrillas antifranquistas por diversos lugares del país, después de terminada la guerra civil. El eslabón perdido trata el tema de la identidad del exiliado: su sentimiento de soledad y el recuerdo doloroso de España. Luisa Carnés poseía capacidad de observación, ternura y gracia para narrar. Al morir dejó inéditos dos libros de cuentos, dos novelas y una obra de teatro.