En la Ciudad de México realizó sus estudios elementales, de bachillerato y en 1982 un Diplomado en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas, de la Universidad La Salle y la licenciatura en Derecho en la Escuela Libre de Derecho (1986); en esta misma institución fundó y dirigió la revista Pandecta y fue director de Liber. Revista de la Sociedad de Exalumnos. Representó a México en el I Congreso Internacional de Jóvenes Dramaturgos, organizado por el gobierno de los Estados Unidos, con motivo del centenario del nacimiento de Eugene O'Neill (mayo de 1988). Desde 1989 es catedrático de Filosofía del Derecho en la Universidad La Salle. Ha desempeñado el cargo de secretario auxiliar del director general de Asuntos Jurídicos de la unam (1983–1984); secretario particular del director de Consultoría Jurídica de la Dirección General de Asuntos Jurídicos, de la Secretaría de Salud (1984–1986); secretario particular de Eduardo Lizalde, entonces director general de Publicaciones y Medios de la Secretaría de Educación Pública (sep); jefe del Departamento de Regulación de Cultos Religiosos, de la Secretaría de Gobernación (1989); secretario particular del director general jurídico y de estudios legislativos, del Departamento del Distrito Federal. Fue secretario técnico de la Comisión para la Prevención del Delito, de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal.

Gerardo Laveaga Rendón considera que la relación entre política y creación literaria es indisoluble y tal presupuesto se encuentra en su obra dramática y narrativa. Se dio a conocer con la novela La fuente de la eterna juventud, en la que siete personajes, condenados a una larga existencia, manifiestan sus formas de vivir, pensar, sentir y, en última instancia, se cuestionan sobre el sentido de la vida humana. En su pieza dramática Los hombres que no querían redención plantea el choque de intereses entre dos poderosas naciones que intentan solucionar un problema interno de una pequeña isla, a la vez que muestra los defectos y cualidades humanos como la ambición, la traición y la defensa de la justicia, los derechos humanos y el individualismo. Con su novela más reciente, Valeria, no intenta reconstruir una época histórica sino dar un nuevo sentido político y espiritual, desde una posición polémica y heterodoxa, a la vida de Ieshúa/Jesús. En una primera etapa de su vida lo presenta como un profundo conocedor de la cultura grecolatina y enamorado de Valeria, una joven romana que encarna su ideal de vida. Convencido por el padre de la joven, un prominente político, viaja a Roma con la intención de volverse el guía de su pueblo. En la segunda etapa, que corresponde a su vida pública, se dedica a predicar una doctrina con tintes epicureístas, en la que incita al pueblo judío a vivir con plenitud, lo cual da una nueva dimensión a los hechos evangélicos. La belleza física y espiritual de Jesús contrasta notablemente con la debilidad de sus enemigos, entre los que se cuentan los sacerdotes judíos y Pablo de Tarso. Con motivo de la celebración del Año Internacional de la Paz, reunió treinta y cuatro opiniones de jóvenes de algunos sectores de la sociedad mexicana para el volumen Juventud en la paz.