Fue periodista y libretista de teatro de revista desde muy joven. Se exilió en La Habana por la censura recibida durante el Porfiriato. Redactó la información cablegráfica que llegaba de México para el Heraldo de Cuba. Conoció a Pablo Prida, en Cuba, también exiliado y con quien desarrollará una intensa actividad en la escritura de más de 300 libretos de revista política, frívola y costumbrista, en la organización de diversa compañías teatrales, en la escritura de la música, que firmaban con el pseudónimo de Maestro Campanini. Con Manuel Castro Padilla y con Pablo Prida formó en México varias compañías teatrales; ocasionalmente se asociaron para escribir libretos con Tirso Sáenz y Lupe Rivas Cacho; y con Carlos Fernández Benedicto, Luis G. Andrade y Rafael Armas, entre otros. En la Ciudad de México trabajó con su empresa en teatros como el Garibaldi, el Ideal, el Regis, el Principal, el Lírico, el María Briseño y el Politeama; y del interior del país, La Habana y Guatemala. Participó en la escritura de comedias para las compañías de los hermanos Lolo de Larrea, de Leopoldo “El Cuatezón” Beristáin, de Roberto “El Panzón” Soto y María Conesa, entre otros. La sociedad de “Los muchachos”, como también se les llamó, se disolvió por cortas temporadas. Ortega se fue a Europa en 1928. Algunas de sus obras como México nuevo, escrita con Fernández Benedicto, fueron censuradas y ocasionó que los autores fueran expulsados del país por atacar a Ramón Corral. La ciudad de los camiones provocó el exilió de Pablo Prida. Por el estreno de sus obras Fantoches nacionales, Cosas de Calles, El topete de Plutarco y El demonio tentador, desapareció en 1929 una de las compañías que fundó con Prida y Castro Padilla. Carlos M. Ortega ejerció el periodismo en las revistas Frivolidades (1907-1911) y La Risa (1910), donde utilizó el seudónimo de “Peluche”. Publicó su visión del teatro en México a principios del siglo XX en la revista Nosotros (1959). También trabajó en cine y fue secretario de conflictos de la Unión Nacional de Autores.

Carlos M. Ortega escribió zarzuelas, revistas, sainetes, comedias costumbristas, de añoranza, mexicanas, musicales, frívolas y de corte político. Adaptó obras clásicas como Don Juan Tenorio, La dama de las camelias y Las mil y una noches. Escribió segundas y terceras partes de una misma obra, renovando algunas escenas y añadiendo otras. En sus libretos manejaba la parodia, la ironía, la burla, el doble sentido y demás recursos de la comedia, y una amplia gama de personajes y ambientes populares y de época para abordar disímiles temas de actualidad como el desempeño de políticos mexicanos, las relaciones con los Estados Unidos y la política migratoria, las modas, los usos y las costumbres mexicanas de la época de Francisco I. Madero a los años 1950. Sus personajes eran populares, como el pelado, la borrachita, el ranchero; el burócrata, el revolucionario o el político; otros eran alegorías o tenían la función de un coro, como la patria, la opinión pública, el periódico, los instrumentos musicales, los animales, la moral o el dinero. Las escenas políticas o humorísticas de sus piezas dramáticas eran cuadros de bailables y canciones donde tiples y cómicos se lucían. Escribió revistas costumbristas y comedias mexicanas recurriendo al manejo de la añoranza para resaltar desde el contraste los problemas económicos y sociales por los que atravesaba el país.