Estudió Arte Dramático en Baylor University en Waco, Texas y Dirección Teatral en París; continuó sus estudios en Heidelberg University y en la ciudad de Viena. Con Michael Flürscheim fundó el Teatro de la ciudad de Puebla en 1942. En la misma ciudad, y de forma personal, instituyó en 1947 el Grupo de Teatro Francés, que también dirigió. En el Teatro Ferrocarrilero montó Médico a palos de Molière, La farsa de Maese Patelin y Apolo de Marsac de Jean Giraudoux, auspiciado por el Instituto Francés de América Latina. A partir de 1951 trabajó en Telesistema Mexicano (antecedente de Televisa) como musicalizador y director de programas como los Teleteatros de Fernando Soler, El teatro fantástico, Pepita Gomís y su Telekínder y La hora de Bellas Artes. Dirigió más de noventa y dos series y diversos programas relacionados con el Festival Cervantino. Fundó el primer Salón Teatro de México (1959–1962). Estuvo al frente del Teatro Club del Teatro Helénico–Mexicano, auspiciado por la embajada de Grecia. Trabajó para el Ayuntamiento de Puebla y regresó a su actividad como director teatral, historiador y cronista para más tarde retirarse.

Miko Viya [Miguel Ángel Villarello Vélez] es dramaturgo, promotor y director de teatro. Aborda temas como la religión, las pasiones humanas y los valores. Ángel en el exilio tiene como tema la vida de Rimbaud y sus ideas en torno a la moral y la religión; David rey trata del adulterio y la tiranía; La alcoba de las reinas, comedia, se ubica en el cielo y habla de los enredos de un grupo de mujeres engañadas por un ángel. Kolonaki transcurre en Atenas y se ocupa de la dramática vida de una familia, del dominio del padre sobre la vida de su hijo, enfermo de epilepsia. La televisión y yo es un libro en que registra sus vivencias y experiencias en la televisión; mientras que El director de televisión problematiza el oficio y la disciplina del director de escena. Ha escrito ensayos y crónicas sobre la sociedad y la cultura en la ciudad de Puebla. El tema de la intervención francesa es abordado en su ensayo Querido Max y en obras como Un día de mayo y La última aurora –también intitulada La última madrugada–, cuyo tema es la última noche de Maximiliano en la prisión de Querétaro.