Enrique González Rojo es un poeta que desde la trinchera de la palabra, resultado del pensamiento y ejercicio de la inteligencia, ha consolidado la brecha que abrieron a principios del siglo XX los poetas que sembraron el árbol que ahora camina cantando con notas frutales y da color a una poesía, que por momento temían los poetas, fuese a ser simple resultado del modernismo anglosajón o el surrealismo francés, o de cualquier bella iniciativa de poetas europeos o latinoamericanos. Su manera de ejercer el lenguaje coloquial, acentúa el simbolismo de cada palabra escrita en el aro de fuego que es poema, y nos da como resultado textos que parecieran tapices arrancados de ésta, nuestra realidad mutable; lienzos capturados por un ojo reflexivo, y trazados a manera de parábola o lección de vida.