Un pueblo imaginativo y humorístico siempre está creando chistes: todos los seres humanos resultan divertidos, aún los curas, y a veces un poco más.
Monseñor Joaquín Antonio Peñalosa presenta en esta antología cuatrocientos chistes que, como aclara el autor en la introducción, no pretenden reírse de la fe, sino con la fe.
A la lista de obras de misericordia, Monseñor Peñalosa ha querido añadir la que más necesita un mundo angustiado y cabizbajo: hacer reír al triste, tan urgente como dar de comer al hambriento.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 1989. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.
