Su más reciente libro de poemas, Héctor Carreto emprende un viaje por los platíos de Smallville, los desiertos helados que cobijan la Fortaleza de la Soledad y los altos cielos donde moran los superhéroes, para descubrir cuánta humanidad puede ocultarse debajo de un disfraz.
Ser el Hombre de Acero implica mantener una doble vida; amar a una bella mujer enamorada de la ficción; combatir a supervillanos y competir con colegas enmascarados; inventarse una relación con los fantasmas de sus padres biológicos y su planeta natal; cargar con el deber de ser el salvador de un mundo tan extraño como éste.
Con aguda sensibilidad y gran ironía, los poemas reinventan uno de los universos más conocidos de los cómics. Así, podemos mirar con ojos nuevos a Supermán, personificación del bien y la justicia que, al mismo tiempo, es metáfora de la soledad incurable, del aislamiento de quien se sabe el último sobreviviente de su especie.