Poco antes de la festividad de Días de Muertos, la familia Arteaga decide cruzar la frontera, pues su situación en el pueblo es ya insostenible. Aferrados a su tradición, van dejando a lo largo del camino su rastro para que sus difuntos les sigan. Así podrán celebrar juntos, un año más, los días en que las almas de vivos y muertos se funden en una sola. A lo largo de este relato, contado de una manera sencilla a la vez que entrañable, se va desgranando la situación que viven los emigrantes ilegales que cruzan la frontera que separa México y Estados Unidos; un hecho que no es aislado, sino que se repite en muchos otros lugares. El desarraigo cultural en todos sus ámbitos ¾lengua, educación, religión, costumbres¾, junto con la penosa situación laboral que encuentran en su nuevo "hogar", son factores comunes en el mundo en que se mueven estas personas.