Este libro es un viaje por la historia que se inicia con la travesía de Cristobal Colón: la inauguración de la Edad Moderna significa, para las Américas, la extinción o la esclavitud de sus pobladores originales, la devastación, el sufrimiento.
Hombres extraordinarios -también monstruosos- en unos cuantos años dotan a la corona de inmensos territorios. Pero para los indios (y por lo tanto para nuestra memoria), más importantes fueron sus defensores -en primerísimo lugar Bartolomé de Las Casas, de quien este libro ofrece una espléndida y apasionante semblanza- y aquellos otros religiosos gracias a los cuales se conservan testimonios de la cosmogonía prehispánica: Juan Zumárraga, quien como Inquisidor quemaba indios y códices, pero también, como obispo, se enfrentaba a la brutalidad de sus compatriotas; fray Bernardino de Sahagún, que en el célebre Colegio de Tlatelolco, auxiliado por indios, redactaba el Herbario, los Colloquios y la monumental Historia General de las cosas de la Nueva España; y don Vasco de Quiroga, que primero en Santa Fe y luego en Michoacán llevó a la práctica las ideas utópicas de Tomás Moro.
¿Qué celebrar? ¿Qué lamentar de estos quinientos años? Este libro amenísimo y apasionante recorre la historia en su vileza y magnificencia, y no da claves para que respondamos.