Un médico se entrega, sin saberlo, a un duelo sin fondo. Su perdición y su salvación dependen de una postal, una joven vengativa y un yonky agónico. Sobre los tonos sombríos de la pinturas del renacimiento se delinea esta trama con gis silencioso. Como en la pintura de Van der Weyden, los personajes caen en torno a los párpados cerrados de una madre. En su descenso, el médico logra rozar con las yemas de los dedos la postal de todo aquello que desconoce.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2013. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.