Un hombre que alguna vez tuvo aspiraciones de pintor, Salvador, enfrenta una lucha interna por salir del espacio de amargura y frustración en el que se ha sumergido su vida por tratar de ayudar a su hijo, un joven con retraso mental que purga una condena, aparentemente injusta, de 27 años.
En medio de un asalto, Salvador logra escapar con el arma de su victimario, lo que lo hace sentirse poderoso y le da razones para pensar que en el mundo todavía hay un lugar del cual asirse. Poco a poco reconoce la maldad que hay en su interior y, al mismo tiempo, corrobora que esa condición la comparte con todos los seres que se encuentran a su alrededor.