Adriana Azucena Rodríguez amalgama en un robusto manojo sus cuentos en miniatura, que se distinguen por el ácido de su ironía, la composición impecable, la inventiva y el oficio prosístico, donde la recreación de viejas historias, la vida cotidiana o la relación entre los géneros soliviantan el transcurrir cotidiano para azogar el mismo espejo donde se contemplan las únicas miserias humanas que los grandes relatos han ceñido. Postales, como gusta de bautizar la novísima escritora a sus “mini-hiper-ficciones”, llama al regocijo de la lectura, al deleite de la palabra, al placer de añejas y actuales historias cuyo artífice susurra al lector uno de sus relatos, mientras arropa entre sus manos este libro.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2013. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.