Adrián, cuyos padres se encuentran lejos y además su padre está muy enfermo, es puesto al cuidado de sus tíos: Austero y Cleopatra. Encuentra un pizarrón encantado en el que al escribir una palabra y después de cambiarle las letras, también las cosas cambiaban en la realidad, sus primeras víctimas fueron los gatos de la casa. Despues de este descubrimiento empieza a hacer cambios y mejoras en su vida diaria con ayuda de su ahora inseparable pizarrón.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 1988. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.