Enciclopedia de la Literatura en México

Cantidario

Ya se sabe que hablar de amores contrariados es hablar de Amor.

Con esa certeza de lucero triste en plena frente, Jorge Ochoa declara: y yo juro enamorado/ que es aquí el inicio de la tierra y de la lumbre, como el auténtico y entrañable rumiante de la Poesía que es.

Enviador de recados, puentista, Jorge Ochoa celebra (¡con lágrima de fuego y madrugada y música de fondo, sí señor!) la parte que le toca en ese misterio de los corazones que consiste en embrutecer por los cuatro costados; albergar en el pecho a un elefante (¡la de cosas que aplasta!); reconciliarse con la nariz personal, con los particulares zapatos despintados, sentirse bello porque una lo beso a uno; y considerar que ahora sí, que a lo mejor ahora sí se puede domar al tigre; que sin perder la cabeza era posible, ahora sí, besarle la república.

Por todo eso/ ¡quiero la muerte pobremente perfumosa/ que esta tormenta de carnalidad no escampe!; para su propia fortuna, para el íntimo regocijo de todos aquellos que creemos que es vital mantener la lucecita encendida.

Carlos Licón

* Esta contraportada corresponde a la edición de 1996. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.