Dejemos la palabra al propio Octavio Paz: “[ El tema de este libro ] es una reflexión sobre lo que ha ocurrido en México desde que escribí El laberinto de la soledad y de ahí que haya llamado a este ensayo: Posdata. Es una prolongación de este libro pero, apenas si es necesario advertirlo, una prolongación crítica y autocrítica… El mexicano no es una esencia sino una historia. Ni ontología ni psicología. A mí me intrigaba (me intriga) no tanto el 'carácter nacional' como lo que oculta ese carácter: aquello que está detrás de la máscara. Desde esta perspectiva el carácter de los mexicanos no cumple una función distinta a la de los otros pueblos y sociedades; por una parte es un escudo, un muro; por la otra, un haz de signos, un jeroglífico. Por lo primero, es una muralla que nos defiende de la mirada ajena a cambio de inmovilizarnos y aprisionarnos; por lo segundo, es una máscara que al mismo tiempo nos expresa y nos ahoga. La mexicanidad no es sino otro ejemplar, una variación más, de esa cambiante idéntica criatura plural que cada uno es todos somos ninguno”.