Moctezuma -"Señor sañudo"- y Cuahtémoc -"Aguila que desciende"- se han vuelto respectivamente símbolos de la pusilánime sumisión fatalista y de la heroica resistencia juvenil ante el invasor: veinte años contaba éste cuando se puso al frente de su pueblo como señor de México-Tenochtitlán para defender su ciudad sitiada. Frente a ellos, la figura desmesurada de Córtes, encarnación mítica, pero demasiado humana, de los negros augurios que envenenaron las postrimerías del imperio azteca e hicieron posible que unos pocos europeos se apoderaran de él.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 1988. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.