Sin lugar a dudas, pocos libros tendrían que estar grabados en la memoria de los mexicanos como la Cartilla política de Manuel Eduardo de Gorostiza, que es un clásico, pero está borrado de nuestra historia porque tenemos la inveterada costumbre de ignorar a nuestros autores. Estas breves páginas son el recordatorio de una filosofía política (es el único libro de filosofía política escrito por un mexicano en el siglo xix) cada vez más actual y siempre necesaria. En ellas destaca la importancia que da el autor al poder legislativo, disminuido por un poder ejecutivo que con frecuencia lo ha anulado con la complicidad de un electorado sin brújula. Escrita hace más de 150 años, la Cartilla política de Gorostiza es de actualidad porque se trata de un afán civilizatorio todavía vigente, y de la posibilidad de mirar nuestro presente y, sobre todo, nuestro futuro en términos de una urbanidad que no es, para nuestra desgracia, una costumbre entre nosotros. Este libro es, por lo tanto, más que un recordatorio del pasado, una de nuestras posibilidades cívicas actuales, como queda enfatizado en sus páginas finales. Gorostiza nos abre el camino para ser otros sin dejar de ser los mismos. Su Cartilla política no es el anuncio de un porvenir radiante, pero sí luminoso porque nos ofrece la oportunidad de ser ciudadanos y, por lo mismo, contemporáneos de este Occidente inventado por griegos (polis), latinos (civitas) y bizantinos (código justiniano)