La autora escucha los ritmos, siente los espasmos de una vida que se distingue por sus dosis de pasión y de plegaria: la libertad que se desborda en cada nota musical, la tristeza de una voz que canta su dolor, la vitalidad de quien se sabe árbol frutal, vientre pleno, luz del verano.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 1998. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.