Jirones de ayer... que persisten en el hoy, que no se van con el tiempo. Jirones de amor, jirones de ternura, de inocencia, jirones de alegría... jirones de vida, de nostalgia. Jirones de magia, de dolor, jirones de abandono —pero que nos acompañan por siempre—, jirones que permanecen en la memoria. Hitos de vida, de nuestra vida de ayer que al presentarse hoy, por muy lejos que puedan estar, nos hacen saber que aún estamos vivos... Jirones de miseria, de rencor, jirones de maldad, de esperanza, jirones de silencio...
Francisco Pérez Flores
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2012. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.
