La poesía de Guadalupe Galván, particularmente en este libro, más que conmover al lector, ocasiona una unión en torno al duelo. El lector interviene en el proceso tanatológico de una forma activa, se involucra como un ‘doliente’ más dentro del cuadro doméstico que propone la autora. La voz lírica se detiene en cada detalle minúsculo , en la rutina cortada, en el desgaste de los muebles: objetos cotidianos que nunca volverán a ser los mismos.
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2012. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.