La Bestia —como los colgados de la serpiente de fierro viejo bautizaron sin eufemismos esa nave del riel—, desesperados, arriesgan la vida para alcanzar la frontera de Estados Unidos. ¿Cómo llegar a un país hecho de inmigrados que ahora rechaza la migración de América Latina, el traspatio que siempre lo ha proveído de mano de obra casi regalada para realizar el trabajo que nadie quiere hacer? Las víctimas del sistema económico rapaz impuesto en todo el mundo que sostienen sus pilares y sólo quieren trabajar para sobrevivir son tratadas como escoria, como delincuentes, por quienes son los únicos beneficiarios de esta situación paradójica, miserable. La poesía de Gloria Vergara interroga en los sueños de estos viajeros, despliega velas en el desierto donde se reflejan las pálidas luces de un amanecer que para ellos no llega.
Los exiliados latinoamericanos que inician la travesía en busca del espejismo estadunidense son argonautas de la modernidad que no llega, sobrevivientes de la esclavitud económica, del feudalismo ideológico. Montados en
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2013. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.