Este libro parte de la reflexión colectiva en torno a los Estudios Culturales, proyecto heterogéneo que surgió en Birminghan, Inglaterra, en la década de los años sesenta del siglo XX, el cual rápidamente se convirtió en un vasto campo de producción en torno a una gran diversidad de enfoques e intereses, en cuyo centro se situaba una clara preocupación política, pues además de su reformulación del marxismo se incorporó a los “nuevos movimientos sociales”, como el feminismo, el poscolonialismo y el movimiento gay, entre otros. No obstante el interés que en el mundo angloamericano han despertado los estudios culturales en los más diversos campos del conocimiento, alentando todo tipo de exploración interdisciplinarias, en muchos países de América Latina —y México no es la excepción—, se han confinado a los departamentos de ciencias sociales debido a su evidente compromiso político, así como a su íntima conexión con ciertas preocupaciones que tocan el campo de la sociología y la antropología, en tanto que su presencia en el ámbito de las Humanidades ha sido limitada. Sin duda, uno de los pocos espacios en los que, en nuestro país, se trabaja con el paradigma interdisciplinario de los Estudios Culturales es la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México y este libro es una muestra de ello.