Si el tiempo es relativo, ¿también lo es la distancia? Algo tan inevitable como el amor le ocurre a Armando, pianista y heredero, y a Margarita, camarera de un hotel, en un escenario tan complicado como el México de José López Portillo. Mientras la pareja busca acortar la distancia entre ellos, los avatares del gobierno en turno abren una brecha cada vez más profunda entre los mexicanos. El sexenio de 1976 a 1982 cobra vida en una historia recreada con el trazo y el flujo de la tinta vital de Beatriz Rivas, quien revela una época donde el trasfondo es el auge de lo desmedido, la prepotencia llevada a niveles absurdos y surreales: funcionarios que se arrodillan para no perder el empleo; burócratas corruptos que saben tensar los hilos y mantenerse en el sistema; los criminales y los defensores de la ley devorándose el país entre orgías, desplantes y delirios de grandeza; fiestas donde la atracción es lanzar a la alberca a un oso panda bebé mientras millones de ciudadanos confían ciegamente en que pronto podrán administrar la abundancia prometida.