"¡Vaqueros vs. narcos!" Los habitantes del Tecolote apenas pueden creer el cambio que ha sufrido su pueblo en los últimos meses, el cual pasó de ser la población con más asesinatos por metro cuadrado en el mundo, a convertirse en un verdadero ejemplo de bonanza económica para el país. Uno de los factores que contribuyeron a este nuevo estado de las cosas podría ser la determinación de un comisario elegido democráticamente por sus gobernados para hacer cumplir su ley, que no admite transgresiones de ningún tipo. Rodrigo Barajas es su nombre y la primera impresión que uno se lleva al mirarlo es la de encontrarse frente a uno de esos alguaciles del Viejo Oeste, de pocas palabras y mucha acción, con su bigote a lo Wyatt Earp, su sombrero Stetson, y esa mirada serena, reflexiva y sabia que pertenece a una especie de hombre en peligro de extinción.
Apreciable lector, en sus manos sostiene un auténtico narcowestern, una "vieja historia del Nuevo Oeste" en deuda con las películas de Kurosawa, Howard Hawks y el libro vaquero; construida sobre valores perdidos como el honor, la valentía y la decencia, ideales para combatir el cinismo de los días que corren.