A través de la poesía, de su evangelio que anuncia la llegada y el reino sin fin de la realidad, encarnada en lo efímero y coronada por el presente perfecto, Corral Vallejo da a los lectores la buena nueva de su más reciente libro. Un novísimo testamento donde el hombre abandona su lucha con el ángel para afirmar la tregua del poema: espacio de la comparecencia, la disolución y la recreación de los contrarios que se reflejan entre sí hasta reconocerse idénticos por un segundo eterno. Producto de una modernidad en la que los contrarios constituyen el doble negativo de una misma imagen, la poesía de los siglos XIX y XX estuvo habitada por ángeles decididamente terribles.