Hay muchas maneras de viajar, pero hacer un viaje que no sorprenda —que no transmita la sensación de maravilla, que no enriquezca— es sólo otra manera de envejecer. En este libro, cuyo capítulo es un homenaje a las maravillas que soñó Julio Verne en sus muchos viajes novelescos, Vicente Quirarte casa el viaje literario con el físico y el espiritual. El resultado son ocho crónicas fascinantes, bitácoras plenas de ideas y pasiones.
Viajan las personas, pero también las creaciones del ser humano. Así, el autor nos invita a hacer un “Viaje a la transparencia” del tequila, donde los efectos del alcohol son amplificados por su lupa literaria y vital que nos va descubriendo la esencia desconocida de esa bebida que, como el café o el amor, es exigente, selectiva y poderosa. En “Travesías de la cuchara”, “El papel del papel” y “Alrededor del Martini”, Quirarte explora con igual fortuna los periplos de estos inventos que sirven para comer, escribir y sentirse parte de una secta exclusiva…
Pero también hay viajes en el espacio y el tiempo: “Víctor Hugo camina por la ciudad”, “Antoine de Saint-Exupéry y el verdadero rostro de la tierra”, “Esplendores de Jerusalén” y “2001: la odisea interminable”. En cada uno de estos ensayos-crónica, Vicente Quirarte nos abre los ojos y nos maravilla con mundos a veces lejanos, en ocasiones próximos, pero siempre con una visión perspicaz y singular capaz de ver las maravillas que podemos descubrir a cada paso, si nos atrevemos.