Muñecos fantasmales acaso semidioses hechos a semejanza del humano, atmósfera narrativa de fosforescentes penumbras: el creador de la nueva Literatura Fosforescente: “Estilo literario que no finca sus raíces en la Literatura de la Revolución Mexicana, ni en el mágico sopor de Comala llevado a Macondo, y muy lejano del estilo de la literatura del rock and roll o de la Onda que influyó en generaciones posteriores” (Manuel Guillén, Cultivemos la cultura); y “Literatura latinoamericana reubicada para sorprender al cambio de milenio, que nos muestra, por medio de una prosa ataviada con la música de la poesía, nuevos e interminables hallazgos de la imaginación; estilo que es un boleto de viaje al lugar de los colores desconocidos, al origen de la magia” (contraportada de Fosforescencias) Edgar Escobedo Quijano ha dado existencia a Días de Barro, reunión de cuentos y relatos: la más musical y colorida obra de esta innovadora literatura de maravillosos personajes, en cuyos textos, cascabeleros y silvestres, “el viento vendrá empacado en mariposas”.
Leticia Garibaldi
