Este libro surgió bajo el signo de una concepción básicamente romántica -idílica- de la canción popular. Se trataba de rastrear las reliquias de lo que había sido en la Edad Media la poesía lírica que el pueblo cantaba en sus faenas cotidianas y en sus fiestas, patrimonio tradicional que, según pensábamos, había vivido al margen de la cultura culta, no tocado por ella, autónomo, puro. Lo único que tenemos entre manos son los productos de la moda popularizante que se inició hacia fines del siglo xv, y esos productos conforman un conjunto heterogéneo de canciones y rimas: algunas, sin duda, arcaicas; otras, compuestas a la manera de aquellas; otras, antiguas pero retocadas; otras, de nuevo cuño... Ésa es la lírica popular del Siglo de Oro. Se la ha llamado, atinadamente, de tipo popular o de tipo tradicional. En su conjunto, no es poesía medieval. Procede de ella y ha sido integrada a la cultura dominante: ha cambiado de siglo.