En El bosque de los prodigios, René Avilés Fabila salda con creces una de las deudas más importantes, que el genio de la creación literaria tiene con la naturaleza: la génesis por parte de la ficción de criaturas que superen, en número y en extravagancia, a las que la biología nos ha entregado. En esta obra, Avilés se suma a la tradición de la zoología literaria, compuesta por escritores como Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares, Juan José Arreola y José Emilio Pacheco, se incorpora transformándola, con criaturas que reflejan la esencia del México prehispánico; ese que en su época cautivó a los cronistas del nuevo mundo, y que gracias a la magia de la prosa de este escritor mexicano, cautivará a quien explore los ecosistemas que yacen en sus páginas, sorprendiéndose gratamente con los prodigios que saldrán a su encuentro.