Jorge Aguilar Mora (Chihuahua, México, 1946) ha publicado en esta misma serie: Cadáver lleno de mundo (Novela, 1971); y No hay otro cuerpo (Las dos orillas, 1977); U. S postage air mail special delivery (Poesía, 1977), y La divina pareja (Ensayo, Era, 1978).
Si muero lejos de ti registra un itinerario y descifra sus estaciones, en busca del tiempo vivido y sus pobladores: la Ciudad de México, el territorio en que van haciéndose las marcas, aparecen las caras, se llena el interior de los recuerdos: donde el que la recorre (pero la habita, toma y deja su vida en ella, tiene su biografía hecha avenidas, habitaciones, edificios) puede trazarse historia, forzando la memoria de todos como si el aire fuera un músculo para recordar y retener; otras ciudades, campo para la acción y los encuentros, para saber la dirección de los propios pasos pero no su sentido ni su origen: sitios ajenos, mapa hueco, para el puro traslado. Morir lejos: perder el hilo y el relieve, no poder ver la contaminación ejercida al vivir sobre las cosas y las vidas, ni los planos sucesivos y la específica densidad de la propia historia en el álgebra de todos. Escribir, contra tal amenza: darse memoria; darse espacio en que hablar, haber querido, recordar, vincularse. Darse cuerpo, ciudad, tiempo, y sus cualidades. Sus cualidades: para hallarlas, desconocerlas; ignorar la naturaleza de las relaciones amorosas y de los lazos de parentesco; no suponer fechas, maneras, finalidades; convertir cada modo de ser en esencia irreductible y en humor efímero; sacar de la historia y de la mediación de las representaciones las caras y gestos, para verlos; aislar los actos de su moral, para descubrir su intención; permitir que tomen carne y se narren las cosas que suceden: describirlas, inventarlas, poner el cuerpo entre ellas.
[Portada de Miguel Ventura.]