Una causa criminal, fechada el 19 de julio de 1599 en San Luis Potosí, sirve de documento histórico y como punto de partida para esta novela. Dice Tomás Calvillo: «Seis testigos y una acusada confesa (mujer sin nombre, bruja, vidente, chamana, guachichil), un defensor y el justicia mayor, son los actores apenas visibles de esa trama, a la que autor otorga vida, e imagina a otros actores, no mencionados en el documento, pero sí presentes en el lugar y la época, como Fray Diego de la Magdalena o el capitán mestizo Miguel Caldera, quienes le sirven para contrastar y darle volumen al documento haciendo respirar más allá de lo escueto de su propio guion histórico recuperado por el historiador de principios del siglo XX, Primo Feliciano Velázquez»