El escritor Roberto Rueda Monreal trabajó por largos años este texto, en cuyas texturas y urdimbre habitan la esencia del Comala de Juan Rulfo e inquietantes trazos que nos recuerdan El Proceso de Kafka y la apuesta estilística de João Guimaraes Rosa por el monólogo interno, colocando a la muerte, el recuerdo y la repetición como sus protagonistas, echando mano de la vida de una doctora llamada Mar y de una distopía tan sorprendente como vaticinadora.
Por su extensión y enorme diversidad, Espoir d´Amour, la adelantadísima nación de esta obra, bien podría ser México, bien podría ser Brasil. Un poderoso imán para otros cánones. Fue precisamente en el gigante sudamericano en donde Pétalos Negros resultó ganadora de un apoyo de Ibermedia en 2015, para un guion cinematográfico brasileño.
Nos encontramos, pues, ante una obra más que lúcida, osada, una trama y un estilo que representan el desafio literario de nuestros tiempos. Una muerte fría y bestial que se ha empecinado en la búsqueda eterna del cariño y del deseo, ensombreciendo a Redención, la ciudad azulada de un país cuya traducción es Esperanza de amor.
Pétalos Negros, la historia mortal e irreal de un futuro que ya está ocurriendo y no queremos darnos cuenta.