Lo narrado es verdad subjetiva, exploración -lance en los enigmas de la condición humana-y descubrimiento: el miedo, la violencia, la locura, son tres signos cruciales que se cuclan por el resto crosionado, chorrean multicolores entre lo devenido afasia y se diseminan a lo largo de las tramas de estos cuentos: es significado urdiendo riveras de las verdades más oscuras. […] Y pese a lo trágico, esta antología resulta de la creencia en esas sensibilidades-las que brotan de la entraña- capaces de anegar los enigmas del afuera con ese lazo esencial que ata la experiencia común, dispuesta a la palabra reflexiva, litigiosa, siempre polémica, para luego exhumarlos y transformarlos en belleza. Jacques Rancière lo dijo: «La literatura es política en tanto es literatura». Estas palabras podrían ser una declaración de principios o una advertencia para quien se interne En las cavernas de la memoria y explore sus laberintos de apariencia inexpugnable, pero desgastados por la palabra estremecida. Sólo así, tal vez, seremos capaces de hacer de esas cavernas un hogar, de penetrar en ellas y habitarlas, de reunirnos en torno al fuego y descansar en lo húmedo primordial.
Sandra Oceja Limón